Tu refugio personal en la zona Cristo de la Epidemia

Hay lugares que no se explican, se sienten. Este piso en la segunda planta de un edificio con ascensor, en la calle Fernando el Católico, en plena zona de Cristo de la Epidemia, es uno de ellos. Basta cruzar la puerta para notar cómo la luz abraza cada pared, cómo el silencio tiene su propio ritmo y cómo el aire que entra por los ventanales verdes te dice, sin decirlo, que has llegado a casa.

Estás a solo 260 metros del Santuario de la Victoria, uno de los rincones más mágicos de Málaga, pero lo que vas a encontrar aquí dentro es tu propio santuario personal. La calma. La belleza. El espacio que tanto anhelabas.

Sus cuatro dormitorios no solo son habitaciones: son refugios. Tienen luz natural a raudales y armarios empotrados que te permiten guardar todo sin renunciar a la armonía visual. Cada una ofrece ese equilibrio perfecto entre funcionalidad y calidez. Son lienzos listos para que los llenes de vida, descanso o inspiración.

La cocina, con sus muebles blancos de estilo clásico y esa ventana verde que da al patio, tiene un encanto que enamora. Aquí no solo se cocina: aquí se crean recuerdos. Está completamente equipada y lista para que entres y la hagas tuya desde el primer día.

Los dos baños son un respiro. Uno con azulejos blancos tipo metro, otro con suelo hidráulico lleno de personalidad. Ambos con duchas tipo lluvia que te envuelven en calma. Son espacios donde el día comienza bien y termina aún mejor.

El salón es amplio, acogedor y lleno de luz. Los grandes ventanales verdes lo llenan de calidez, y el mármol bajo los pies aporta frescura y elegancia. Es ese lugar donde las conversaciones fluyen, las risas se quedan y el tiempo parece detenerse.

El piso cuenta con aire acondicionado para tu confort, una plaza de garaje para que olvides el estrés de aparcar, y un trastero para guardar todo lo que no necesitas ver, pero sí tener a mano.

Vivir aquí es vivir mejor. Es tenerlo todo sin renunciar a la tranquilidad. Es estar cerca del centro y, al mismo tiempo, sentirte en tu propio refugio. Es despertar cada mañana sabiendo que elegiste bien.

Si estás buscando más que una casa, si lo que quieres es un hogar que se sienta, se viva y se recuerde… este piso es para ti. Ven a verlo. Porque cuando lo veas, vas a saberlo. Este es tu lugar.